La educación es la mejor herramienta de transformación en cualquier etapa de la vida, es importante tener presente que en ningún momento dejamos de aprender. 

Mantener el cerebro activo es una de las principales claves para vivir un envejecimiento activo, saludable y productivo.  En algunas ocasiones pensamos que porque ya alcanzamos cierta edad no necesitamos adquirir nuevos conocimientos o ya se nos es difícil alcanzar o planear nuevas metas.

Para adquirir nuevos conocimientos necesitamos dos cosas: interés y voluntad; también debes hacerte esta pregunta ¿hay algo que siempre hayas querido aprender? ¿Algún tema específico? Hoy en día internet pone a nuestra disposición un abanico de oportunidades para estudiar: cocina, jardinería, idiomas, tecnología y muchas cosas más.

Los espacios de educación y formación les ayudan a las personas mayores a mantenerse actualizados e incluidos en un mundo que cambia y evoluciona día tras día. A demás la educación continua prepara a las personas mayores para que tengan acceso a diferentes proyectos, convocatorias, grupos y demás espacios en donde ellos pueden monetizar, compartir las habilidades adquiridas y mantener un círculo social activo.

EFECTOS POSITIVOS DE ESTUDIAR EN LA TERCERA EDAD:

• Disminuir el sentimiento de soledad: estudiar después de los 60 años es una excelente fórmula para combatir este sentimiento habitual en la tercera edad. Los espacios educativos potencian las relaciones sociales y nos llevan a establecer nuevas amistades, todo esto tiene un beneficio directo en la autoestima de las personas mayores.

• Mantener la mente activa: estudiar y adquirir nuevos conocimientos es un maravilloso ejercicio para mantener el cerebro y la memoria en buen estado, alejando el deterioro cognitivo propio de la edad.

• Independencia: el asistir y participar en los diferentes espacios propios a la educación (salones, conferencias, talleres virtuales y demás) permiten a las personas mayores se sientan mucho más activas e independientes.

• Evitar el sedentarismo: escribir para tomar apuntes, asistir a clases o el simple acto de arreglarse para asistir a estos espacios, los mantiene activos físicamente.

• Mantener un circuló social activo: estudiar después de los 60 años es un buen habito que permite contar o pertenecer a un grupo y establecer nuevas amistades.

Publicada el: noviembre 18, 2020, por: Claudia Pinzón Sacristán